"Tras 8 años de dolor, volví a la felicidad": Paciente de cirugía de micro descompresión vascular del Juan Graham

La intervención fue observada vía remota por especialistas de Estados Unidos, Veracruz, Chiapas, Mérida y Ciudad de México

"Tras 8 años de dolor, volví a la felicidad": Paciente de cirugía de micro descompresión vascular del Juan Graham

Médicos del Hospital de Alta Especialidad IMSS-Bienestar "Juan Graham Casasús", realizaron por primera ocasión una cirugía de micro descompresión vascular en paciente sentado.

Adelubia Domínguez Ricárdez, una mujer de 53 años y originaria de la ranchería Sargento López segunda sección de Comalcalco, vivió durante los últimos ocho años con uno de los dolores más fuertes que pueda sentir el cuerpo humano.

"Que me dolía la mitad de la cabeza hacia la cara, el lado izquierdo. Y eso eran dolores fuertes, insoportables. Ya tenía yo 8 años. No podía comer ni beber ni cepillarme. Me pelaba yo de la boca adentro por el mismo dolor que me hacía yo masaje, a ver si se me controlaba y nada. Y no podía yo ni comer ni beber nada. Yo pasaba día y noche despierta con el dolor. No podía yo ni dormir", expresó.

Tras consultar a más de 10 médicos, remedios caseros, naturistas y extraerse todos sus molares de la parte izquierda del rostro, por recomendación de uno de sus vecinos, Domínguez Ricárdez acudió sin muchas esperanzas al Hospital "Juan Graham", donde conoció al neurocirujano Ernesto Ardisana Santana, quien le detectó el mal que la aquejaba.

"Pues estamos muy satisfechos con los resultados obtenidos. Es una paciente que presentaba un dolor de 8 años, un dolor insoportable. Es uno de los dolores más fuertes que describe la literatura médica. Luego de varios estudios se concluyó que el diagnóstico era una neuralgia trigémina clásica primaria. Esto significa que hay una arteria muy importante en el ángulo punto cerebeloso del cerebro ocasionando una irritación de este nervio por los latidos que este vaso tiene fisiológicamente", explicó el galeno.

El especialista enfatizó las complejidades que implican este tipo de cirugía, pues requieren de alta precisión.

"Se realizó una cirugía de 2 horas y media, lo novedoso es realizar la cirugía con la paciente sentada. Es una posición que nos permite a nosotros tener mejor orientación anatómica, también nos permite mejores espacios para poder trabajar sin lacerar el cerebro y al mismo tiempo drenar el líquido que tenemos todos en el encéfalo que se llama líquido céfalo-raquídeo. Tiene sus riesgos, pero tomando determinadas medidas puede salir todo muy bien. Nosotros hacemos un abordaje de mínima invasión para poder controlar este dolor que es tan terrible. Se hace una incisión detrás del pabellón auricular. Ese es un sitio donde todo es importante. Nosotros le decimos terreno minado porque nada se debe lacerar o se debe romper", agregó.

Además, detalló que, junto al neurocirujano Manuel Soto García y un equipo conformado por 12 médicos, enfermeras, anestesiólogos y paramédicos, lograron diseccionar el nervio trigémino en un espacio de 2.8 centímetros aproximadamente, sin dañar ninguna arteria, de lo contrario, se podrían derivar en repercusiones fatales para el paciente, como un infarto cerebral.

"De hecho, lo que describe la literatura es -one dollar craniotomy-, o sea, una craneotomía de las dimensiones de un dólar, que es el equivalente a los 10 pesos mexicanos. Por ese espacio hacemos absolutamente todo. Por tanto, es un desafío y tenemos que tener la tecnología adecuada para poder maximizar esas estructuras anatómicas tan finas, tan profundas en el encéfalo sin que exista ningún tipo de laceración. Se pone un aislante, en este caso es una pequeña lámina de teflón clon que dejamos colocada entre el nervio y el vaso y se le coloca un pegamento que se denomina cola de fibrina para que quede aislado totalmente el nervio", describió.

Ardisana Santana enmarcó que, doña Adelubia llegó con altas dosis de medicamentos controlados para el dolor, y ahora, al egresar, no necesitará consumirlos nunca más.

"La paciente tenía dosis máxima de amitriptilina, que son fármacos de primera y segunda línea para el control del dolor y que lógicamente disminuye un poco el nivel de actividad de la vida social normal por efectos adversos de estos medicamentos. La paciente se regresa en el día de hoy sin ningún tipo de medicamentos, es una cirugía curativa y como tal, pues hay que verla. Es la única opción de tratamiento que garantiza la curación total de ese dolor tan terrible", comentó.

El especialista indicó que esta intervención fue transmitida en vivo, durante el Primer simposio peninsular de Cirugía Neurológica Sur-Sureste, y fue observada vía remota por especialistas de Estados Unidos, Veracruz, Chiapas, Mérida y Ciudad de México.

Previo a su alta médica, doña Adelubia agradeció al equipo de doctores y al director del sistema IMSS-Bienestar, Adalberto Pérez Lanz, por las facilidades que prestó para realizar la cirugía que puso fin a 8 años de dolor.

"Ahorita me siento bien. No siento ningún dolor, ninguna molestia, no siento ningún dolor, gracias a mi Dios. Me tocó todo, mi mal era empezaba desde aquí, todo hasta la cabeza, y yo ahorita no siento nada. Gracias años a Dios después de 8 años, volví a la felicidad", externó.

Si presenta un dolor lacerante en el rostro, ya sea en la región frontal, maxilar superior, inferior o mandibular, debe ser evaluado por un especialista para determinar si es candidato a este tipo de intervención.

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