Madre de cuatro hijos se enteró que tenía VIH, mes y medio después de la muerte de su esposo

10 años con el virus indetectable

Madre de cuatro hijos se enteró que tenía VIH, mes y medio después de la muerte de su esposo

“El VIH no respeta edades, ni clases sociales y es un peligro que también ataca en pareja”, señala Roxana, madre de cuatro hijos, y que fue contagiada de esta enfermedad, por su esposo.

En 2014, su pareja, un destacado ingeniero petrolero, repentinamente cayó enfermo, sin que los médicos encontraran la causa, hasta que una prueba rápida de VIH dio positivo.

“Mi esposo era profesionista, ingeniero, le tocó trabajar en una temporada entre Ciudad del Carmen y Paraíso, y pues a raíz de ahí, él enferma, porque se le alojó una bacteria en el pulmón.

“Le hicieron muchos estudios, no le encontraban cuál era su padecimiento y pues le hicieron la prueba rápida y le detectaron el VIH y le hacen la prueba (confirmatoria) Western blot, pero él no alcanzó a saber cuál era su resultado, porque él falleció antes de que nos entregaran el resultado de la prueba”, reveló.

La muerte de su esposo no fue la única mala noticia para Roxana, quien ahora tendría que velar sola por sus hijos, y es que, un mes y medio después de la prueba Western blot, se confirmó que su esposo tenía VIH.

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El resultado obligó a que ella y sus hijos se sometieran a la prueba, Roxana, también sería seropositivo, desencadenando una amarga experiencia.

“La mayoría de las personas con las que he hablado de este tema, a todos nos impacta tanto que ya pensamos, me voy a morir, es lo primero que viene a la mente, que uno se va a morir.

“Porque uno desconoce totalmente sobre todo esto y nada más conoce uno lo que la sociedad dice: Ay, no, esas personas te van a infectar nada más con que las abraces o con que les des un abrazo o un saludo de un beso y eso no es así, se siente uno de lo peor, como un sarnoso, porque así te hace sentir la sociedad”, señaló.

A decir de Roxana, si la noticia de saber que tenía VIH fue una bomba que, la hizo sentir lo peor, el rechazo y la discriminación, multiplicaron el dolor.

“Esta enfermedad no tiene estatutos de respetar niveles sociales, a cómo puede tomar a una persona de muy bajos recursos, toma a una persona de muy alto recursos y se los digo por propia experiencia, antiguamente yo era una persona que hasta en sociales salía, me reunía con señoras de sociedad, porque mi esposo era un ingeniero importante, pero me fueron haciendo a un lado, a un lado y hoy ya no me conocen.

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“Hay veces que la misma familia te hace sentir lo peor de lo peor, yo los primeros días sufrí mucho esa parte de discriminación, porque mi suegra iba yo a visitarla y me ponía mi vaso desechable y mi plato desechable y tenía yo que decirle me permite pasar a su baño y decía: Ay, pero le acabo de echar ácido, uno se va dando cuenta que te hacen fuchi”, refirió.

La vida de Roxana cambió drásticamente, y es que, en el 2000, le fue erradicado un cáncer ovárico, sin embargo, en el 2014, con el contagio se le reactivó, aunque los médicos lograron encapsularlo y desde entonces está en tratamiento para las dos enfermedades.

La experiencia ha sido devastadora, pero el amor de sus hijos y nietos, la han hecho sacar fuerzas de flaqueza.

“Mi motivación son mis hijos y mis nietos, yo he tratado de ser su demostración de que nada debe de doblar a uno, que ellos vean que así tengas el mundo encima uno tiene que seguir para adelante, yo tengo mucha fe en mi Padre Celestial, si estamos aquí es porque es su voluntad, todo lo que pasa y todo lo que nos tiene preparado tenemos que estar para lo que él diga.

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“Mis niños, mis nietos son mi fuerza, porque me demuestran su amor, yo soy su todo también para ellos me aman mucho y yo también los amo mucho y eso me motiva bastante”, expresó.

Hoy, a sus 59 años, y siguiendo su tratamiento al pie de la letra, Roxana tiene una vida normal, es enfermera especializada en cuidado de adultos mayores y lleva ya 10 años con el virus indetectable.

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