Exhorta padre Camacho a persistir en la familia y en la casa del padre para recibir las bendiciones de Cristo
A veces los padres fallan al no inculcarle a sus hijos el amor hacia Dios, agregó
- Crystyan Vinagre
- Septiembre 14, 2025 - 07:15 p.m.
- TABASCO

El párroco de la "La Asunción de María", Miguel Camacho, exhortó a la feligresía a persistir en el núcleo familiar y no alejarse de la casa de Dios, para que puedan recibir las bendiciones que Cristo quiere regalarle.
Durante la homilía dominical, el padre tiktoquero enseñó sobre las parábolas del hijo pródigo, la mujer que extravía una moneda y de la oveja perdida, y cómo éstas pueden verse reflejadas en cada uno de los creyentes.
"El evangelio de hoy es un evangelio hermoso. Aparecen tres parábolas que son raros en una misa, pero con estas tres parábolas Dios nos quiere dar una enseñanza. Y aquí se habla de una oveja perdida, de una moneda perdida y de un hijo perdido. Por eso le digo que esta esta historia puede también ser la mía, porque en la vida a veces hay momentos en que nos perdemos, nos mal-orientamos, agarramos mal camino y a veces agarramos un camino que no es el de Dios. Vamos a la primera. ¿Qué es lo primero que se perdió? una oveja. Nosotros fuimos criados para vivir en familia como la oveja en un rebaño y solo va a encontrar tu felicidad en ese rebaño, en esa familia. No te confundas, allá afuera no vas a encontrar la verdadera felicidad. Advirtió que cuando las ovejas se alejan del rebaño, quedan indefensos y corren el riesgo de perderse o que se lo coman los lobos que abundan en el mundo", explicó.
El padre Camacho enfatizó que, en muchas ocasiones se limita el valor a lo económico, y se hace a un lado, lo emocional, el aprecio y el amor que sólo la familia, los verdaderos amigos y Dios, pueden darle a una persona.
"La segunda es una moneda perdida, pero aquí habla de una mujer que se le perdió la moneda. ¿Qué quiere decir esta parábola? Bueno, no es nada más el hombre el que se pierde. Las mujeres también se dan su perdidita porque a veces nada más se hable que el hombre es un puerco, que es un sucio, que es un pecador, que es un infiel. ¿Y la mujer qué? No también. Nada más que hay un detalle. ¿Pero por qué nunca se habla de la mujer? Porque la mujer es astuta, la mujer es hábil, esa no deja huella Cuando un hombre hace algo, hasta se delata él mismo porque es bruto. Hasta en la mirada se le nota ya cuando hizo algo malo y la mujer esa despeinada hasta ríe ni señal de que hizo algo. ¿Se entendió?", refirió.
Agregó que, a veces los padres fallan al no inculcarle a sus hijos el amor hacia Dios, y en no ponerle límites claros, por lo que, luego los pierden entre las banalidades del mundo.
"Y la última parábola es un hijo perdido que se salió del hogar, se salió de la casa y quiso vivir su vida y su mundo y mira cómo terminó mal. Hay chamacos que gritan, piden libertad a los papás. No, papá, no le suelten la lía, no tienen la madurez. ¿Y qué va a pasar? Al final van a terminar ¿qué? Van a terminar mal. Aunque se molesten, aquí hay que obedecer en la casa. Pero saben cuál fue lo más grave que hizo el hijo, irse de la casa del padre. Ese fue su peor error. Y nosotros nos puede pasar lo mismo de este hijo perdido. Hay gente que se aleja de Dios. Cuando vienes a ver, ya se alejó de su casa, de su templo, de la palabra de Dios, de la vida de sacramento y cuando venimos a ver, ya anda en otros pasos", alertó.
Concluyó que, en estas tres parábolas Cristo enseña que, la oveja tiene valor para el pastor; la moneda, aunque esté perdida no pierde su valía ante su dueña, y el hijo pródigo conserva el amor de su padre; es decir, enmarcó que para los seres amados siembre seremos importantes y tendremos estima.
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