León XIV dedica su primera bendición "Urbi et Orbi" por la paz

Llamó a reconocer las propias faltas

León XIV dedica su primera bendición "Urbi et Orbi" por la paz

Al encabezar su primera bendición "Urbi et Orbi" tras haber sido elegido nuevo Papa, León XIV dedicó el mensaje navideño por la paz en el mundo.

Desde el balcón central de la Basílica de San Pedro, el sumo pontífice afirmó que el mundo cambiaría si en lugar de acusar a los demás se reconocieran las propias faltas, pidieran perdón a Dios y se fuera más solidario con quienes sufren, con los débiles y oprimidos.

"Él es nuestra paz, aquel que venció al odio y a la enemistad con el amor misericordioso de Dios, por eso, el nacimiento del Señor es el nacimiento de la paz (...) este es el camino de la paz, la responsabilidad, si cada uno de nosotros, a todos los niveles, en lugar de acusar a los demás, reconociera ante todo sus propias faltas y pidiera perdón a Dios y al mismo tiempo se pusiera en el lugar de quienes sufren, fuera solidario con los más débiles y oprimidos, entonces el mundo cambiaría", señaló.

El obispo de Roma pidió particularmente por los cristianos en Oriente Medio quienes están temerosos por las tensiones bélicas en la región.

"En este día de fiesta deseo enviar un saludo efusivo y paternal a todos los cristianos que viven en Oriente Medio, a quienes he querido encontrar hace poco en mi primer viaje apostólico. He escuchado sus temores y conozco bien su sentimiento de impotencia ante las dinámicas de poder que lo superan. El niño que hoy nace en Belén es el mismo Jesús que menciona, les digo esto para que encuentren la paz en mí, en el mundo tendrán que sufrir, pero tengan valor, yo he vencido al mundo", expuso.

León XIV reiteró su llamamiento para que se logre la paz en Israel, Palestina, Ucrania, y en otras regiones del mundo que están en guerras "olvidadas".

"A Él imploramos justicia, paz y estabilidad para el Líbano, Palestina, Israel, Siria, confiando en estas palabras divinas, la obra de la justicia será la paz y el fruto de la justicia, la tranquilidad y la seguridad para siempre. Oremos de manera especial por el atribulado pueblo ucraniano, para que cese el estruendo de las armas y las partes implicadas con el apoyo de la comunidad internacional y encuentren el valor para dialogar de manera sincera, directa y respetuosa. Al niño de Belén imploramos paz y consuelo para las víctimas de todas las guerras que se libran en el mundo, especialmente aquellas olvidadas y para quienes sufren a causa de la injusticia, la inestabilidad política, la persecución religiosa y el terrorismo", señaló.

Finalmente, el Papa convocó a la humanidad a no ser indiferente y ayudar a quienes padecen hambre y sufren.

"Ante tales pruebas, invito a todos a renovar con convicción el compromiso común de socorrer a quienes sufren; no dejemos que nos venza la indiferencia hacia quien sufre, porque Dios no es indiferente a nuestras miserias. Al hacerse hombre, Jesús asume sobre sí nuestra fragilidad, se identifica con cada uno de nosotros, con quienes ya no tienen nada y lo han perdido todo, como los habitantes de Gaza. Con quienes padecen hambre y pobreza como el pueblo yemení, con quienes huyen de su tierra en busca de un futuro en otra parte, como los numerosos refugiados y migrantes que cruzan el Mediterráneo o recorren el continente americano", manifestó.

El sumo pontífice también pidió por Sudán, el Congo, Haití, Myanmar, Tailandia, Camboya y América Latina.

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