Empresa extrae arena de río de la Sierra y provoca deslave en 12 viviendas en Los Acosta

• Christian Redondo
• Febrero 15, 2022 - 11:00 p.m.
• PRIMERA PLANA

Cinco familias de Parrilla cuarta sección sector Los Acosta perdieron su vivienda y siete más se encuentran en peligro de un deslave que en cualquier momento podría arrebatarles su patrimonio que durante 50 años han conservado, debido a que desde hace dos años una empresa se encuentra realizando extracción de arena en el río de la Sierra.

Los canales que han formado las dragas, además de los tapones que han instalado en algunas partes del afluente, han provocado que el río cambie su cauce natural, pasando por los predios de las familias que hoy ven con tristeza cómo sus viviendas se han perdido. 

El señor Antonio Alcudia Bautista, quien vive en la zona desde hace medio siglo, expresó que el predio que le fue heredado por su padre tenía 124 metros de largo, de los cuales ahora solo le quedan 25, pues lo ha deslavando el río. 

“Este terreno medía 75 de ancho por unos 127 de largo y ya ahorita lo que nos queda de la carretera a aquí son como 20 o 25 metros; ya todo se lo ha llevado el río, por causa de que aquel lado están sacando muchísima arena. El río pasaba como a 45 metros más de donde están sacando arena, si, eso es lo que están haciendo, están sacando la arena y nos están perjudicando a nosotros”, comentó. 

Dijo que las casas de sus tíos se deslavaron hace algunos meses, quienes a pesar de que cuentan con escrituras del terreno y realizan su pago de predial, no pudieron hacer nada para que les pagaran las afectaciones. 

“Aquí perjudicadas hasta ahorita somos siete casas que ya hasta están desalojando de aquí porque el desbarranque les está llegando, pero somos siete casas pero dueños somos 12, 12 que tenemos nuestro pedacito de terreno aquí, unas de unos tíos que vivían más abajo se han ido al barranco ya que son de material también, ellos ya no viven aquí pero el terreno sigue siendo de ellos y las casas se les han ido”, destacó. 

Las familias ya han tocado las puertas de Protección Civil y la CONAGUA y aunque aseguran que Felipe Irineo Pérez, titular de la dirección local de la comisión, acudió a realizar trabajos de supervisión hace poco más de dos meses, aún no reciben una respuesta a su problemática. 

“Ya estuvimos con Conagua, ya fuimos a Protección Civil, ya vino el director de Conagua y dijo que nos iba a buscar una solución pero hasta ahorita no hemos visto nada, no nos han dicho nada ya, esa reunión tuvo como un mes que vino el licenciado, Inea, no se como es que se llama el licenciado, nosotros no hemos tenido pláticas con ellos, Conagua sí ha tenido pláticas con ellos pero no se que solución tengan”, agregó. 

Por el temor que tienen a encontrarse dentro de su vivienda al momento en que ocurra el deslave, tres familias, incluyendo la de Jazmín Acosta, tuvieron que irse a vivir a la escuela primaria Niños Héroes que se encuentra en esa misma ranchería, la cual está desocupada desde hace 30 años. 

“El río se está llevando el terreno y la desgracia de que un día durmiendo se vaya y nos vayamos todos, están los niños, hay cosas, pues más que nada por necesidad, no por gusto, si ya todo, sacamos las cosas tiene una semana y media más o menos ya, aquí es una escuela pero no la utilizan ya”, externó. 

Para Fernando Alcudia, otro habitante nativo de “Los Acosta”, es una tristeza ver cómo el río está a punto de llevarse sus casas por acciones de una empresa, de la que tienen dudas si cuentan con permisos para llevar a cabo estos trabajos que les han afectado. 

“Pues desde que empezó la compañía a sacar arena agarró más fuerza el río y como es el golpe del agua donde están la casas ahí es donde se está llevando más, del otro lado ellos se están haciendo más ricos de lo que ya son, porque la verdad están sacando muchísima arena, a ellos les vale, a nosotros que somos los afectados nadie nos hace caso”, relató. 

En la zona todavía se encuentran cuatro familias tratando de aguantar lo más que pueden en su vivienda, porque saben que es un lugar inseguro, aunque tampoco tienen a donde vivir y así duermen, y despiertan con el miedo diario de no saber cuándo el río se llevará sus viviendas o de que ojalá no ocurra y se registre un accidente que deje algo más que solo pérdidas materiales que lamentar, esperando la respuesta de la autoridad que incluso ya recorrió la zona.