"Yo nunca voy a ser obispo" pensó León XIV, tras elección de Francisco

Por desencuentros entre ambos

"Yo nunca voy a ser obispo" pensó León XIV, tras elección de Francisco

Sin pensar, hace dos años, que podría ser el sucesor de Pedro, el hoy Papa León XIV, reveló que cuando era prior general de la Orden de los Agustinos tuvo varios desencuentros con el entonces arzobispo de Buenos Aires, Argentina, el cardenal Jorge Mario Bergoglio, quien en 2013 se convirtió en el Papa Francisco.

Lo anterior lo contó como una anécdota el 14 de marzo de 2023, un día después de que Francisco cumpliera 10 años de pontificado, donde el entonces prelado de Chiclayo, monseñor Robert Prevost, era reconocido con la Medalla de Oro de Santo Toribio de Mogrovejo por la Conferencia Episcopal de Perú, tras ser nombrado prefecto del Dicasterio para los Obispos en la Santa Sede.

En este entonces, monseñor Prevost dijo que, luego de la elección del Papa Francisco, debido a las diferencias que tenían ambos, durante sus encuentros, pensó que nunca sería obispo y tampoco se imaginó que su antecesor en el papado lo haría cardenal y miembro del Vaticano.

"Yo conocía a Jorge Mario Bergoglio, Arzobispo de Buenos Aires en su momento. Como yo era general de los Agustinos, lo había encontrado varias veces y cuando fue elegido yo dije a algunos hermanos míos: Bueno, eso está muy bien y gracias a Dios yo nunca voy a ser obispo, no les voy a contar la razón, pero digamos que no todos los encuentros con el cardenal Bergoglio eran siempre de acuerdo, digamos, entre los dos, de mutuo acuerdo", narró.

El hoy Papa León XIV abundó que, en el 2013, después de la elección de Francisco como Sumo Pontífice, lo invitó a una celebración de la Orden de San Agustín, además, indicó que después del 28 de agosto de ese año, lo nombró prelado de Chiclayo.

"Meses después, lo invité a presidir la misa de apertura del capítulo general de los agustinos, 28 de agosto de 2013. Todos me dijeron: ´El Papa nunca ha hecho eso, no va a aceptar´, aceptó y presidió la misa en la iglesia San Agustín, donde está la tumba de Santa Mónica y él cuando iba a visitar Roma siempre pasaba por la tumba de Santa Mónica. En esa ocasión, al final de la misa, me dijo: ´Ahora descansa´ y yo dije: ´Gracias, Santo Padre´...me dejó unos meses y después me nombró obispo de Chiclayo. No sé cuándo viene la parte del descanso, pero aquí estamos", agregó.

En otro momento de esa intervención, compartida por la Conferencia Episcopal Peruana, el entonces obispo admitió que no estaba tan "feliz" del encargo que le había dado el Papa Francisco como prefecto del Dicasterio para los Obispos, pero enfatizó que, como religioso, tenía que obedecer a sus superiores.

"Esos 8 años, pues de verdad, han sido de mucha formación, educación personal, de un gran tesoro. Estoy, de verdad, con los sentimientos encontrados, como se dice. El Papa sabe eso también, no voy feliz del todo, mi preferencia habría sido seguir en Chiclayo, pero uno tiene que obedecer a todas las edades de la vida y de nuevo agradezco al Santo Padre por esa gran manifestación de confianza en mi persona", subrayó.

Finalmente, el entonces obispo Prevost, hoy Papa León XIV, pidió oraciones por su encomienda y dijo que Perú, por el Señor de los Milagros, siempre estaría en su corazón y en sus oraciones.

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