El trabajo automático: Severance
Cada viernes se estrena un capítulo en Apple TV+
- Juan Carlos Brindis
- Enero 29, 2025 - 06:00 a.m.
- ESPECTÁCULOS
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Soy de esas personas que creen que trabajan para vivir y no al revés. El día que perdí la inocencia, mi superior me dijo que ese video que no llegó a tiempo era de suma importancia. Aparecieron una serie de términos novedosos en su boca para definir mis errores —para sorpresa de nadie, el lenguaje evoluciona, primeramente, para oprimirnos mejor—: los KPIs, el workflow, los monthly goals y la visión y misión, acompañados de una regañiza, tuvieron su lugar para recordarme que, si a mi superior se lo pidieran, me dejaría en la calle si de ello dependiera su propio ascenso.
Días después, envuelto en una cobija, con un té chai en mano, mi gatito naranja ronroneándome entre los pies, sobre mi silla de oficina ergonómica, haciendo caso omiso a mis responsabilidades del día, desde la comodidad de la parte de mi cuarto que llamaba oficina, me vi una serie sin precedentes que retrata una de las mejores soluciones jamás pensadas para resolver el dilema del trabajo: forzar el automatismo. Porque Severance, con un punto de partida argumental tan sencillo —crear personas capaces de trabajar en automático y sin memoria de ello—, ataca todos los puntos críticos de "lo laboral" y su evolución en los últimos años.
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La pandemia marcó un antes y un después en mi trabajo, ya que inauguró el home office y no volví a la oficina en dos años. Mis superiores echaron de mi equipo al menos indispensable, un poco como escarmiento en plan "les hemos dado una gran oportunidad que podríamos revocar" y otro tanto por la incertidumbre económica. Menciono todos estos detalles de una vida laboral para compararlos con una serie que elimina por completo estos dilemas. ¿Quién necesita escarmentar a un trabajador si, de todas formas, no puede renunciar? ¿De qué manera podría un empleado exigir días a la semana trabajando desde casa si su casa es la oficina? Deshumanizar al trabajador es la mejor manera de explotarlo. El Innie, como se le dice a la parte de tu consciencia que solo trabaja, no requiere vacaciones ni siquiera un salario, puesto que, literalmente, solo existe para trabajar. Su consciencia únicamente opera de 9 a 6.
Otras problemáticas también se resuelven a través de una simple cirugía que divide tu mente en dos. Un amigo siempre dice: "Es una mierda que los trabajos que más paguen sean defensa, banca, inmobiliaria y energía (no renovable)". Es decir, acercarnos a la extinción siempre será mejor pagado que tratar de evitarla. Greenpeace y Médicos sin Fronteras buscan, antes que nada, voluntarios. Sin embargo, ¿qué necesidad tiene el Innie de preocuparse por lo que pasa fuera de un mundo que nunca visitará? ¿Cómo podría tener consciencia de clase si ni siquiera puede tener una consciencia clara de lo que su trabajo significa? Y este es un gran acierto de la serie: en Severance, jamás sabemos a qué se dedican los Innies, más allá de estar, como tú o como yo en este momento, detrás de un monitor, tecleando y moviendo el mouse.
Lo más interesante de todo esto es que la serie no deja de lado el grave conflicto de intereses que puede suscitar para algunas personas vivir una doble vida siendo conscientes solo de la mitad. Hay un resentimiento natural en los Outies (la parte consciente que no trabaja y solo disfruta) porque, sin saber exactamente qué ocurre dentro de la oficina, sienten el malestar subconsciente de no saber qué pasa con sus cuerpos y mentes durante ocho horas diarias. Estas personas, fuera de la oficina, carecen, como sus contrapartes dentro, de cierta humanidad. A través de una parca y precisa actuación, Adam Scott y compañía nos dejan entrever que ambas partes están ausentes de sí mismas. El Innie y el Outie representan las partes divididas de una unidad que, al estar separadas, están perdidas.
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Hay series que valen la pena por su cinematografía o por sus actuaciones. También la franquicia detrás o el dispositivo narrativo suelen ser un gran gancho. Baby Reindeer, por ejemplo, nos habló el año pasado de una problemática universal: la soledad y el costo que podemos llegar a pagar por suplirla. En ese mismo camino entra Severance, pero esta vez con una cuestión mucho menos explorada y tal vez igual de preocupante. Porque, en estos tiempos de automatización, digital nomads y empleos cada vez más abstractos, cuestionarnos acerca del trabajo es menester. Severance está emitiendo su segunda temporada cada viernes en Apple TV+.
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